’ La revelación es para la gente sencilla ’



Debilitará a los hombres vigorosos

| | Desde guerrerohabla.com
’ La revelación es para la gente sencilla ’
Religión
Julio 14, 2020 20:23 hrs.
Religión ›
› guerrerohabla.com

La Palabra de Dios

Miércoles 15 de julio 2020

Memoria de San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia

Primera lectura
Is 10, 5-7. 13-16
Esto dice el Señor:
’¡Ay Asiria, bastón de mi ira,
vara que mi furor maneja!
Contra una nación impía voy a guiarte,
contra un pueblo que experimenta mi cólera voy a mandarte,
para que lo saquees y lo despojes
y lo pisotees como el lodo de las calles.
Pero Asiria no lo piensa así
ni son éstos sus planes;
su intención es arrasar
y exterminar numerosas naciones,
pues dice: ‘Con el poder de mi mano lo hice
y con mi sabiduría, porque soy inteligente;
he borrado las fronteras de los pueblos,
he saqueado sus tesoros
y, como un gigante, he derribado a sus jefes.
Como un nido al alcance de mi mano
alcancé la riqueza de los pueblos
y como se recogen los huevos abandonados,
así cogí yo toda la tierra
y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara’ ’.
Pero el Señor dice:
’¿Acaso presume el hacha
frente al que corta con ella?
¿O la sierra se tiene por más grande
que aquel que la maneja?
Como si la vara pudiera mover al que la levanta
y el bastón pudiera levantar a quien no es de madera.
Por eso, el Señor de los ejércitos
hará enflaquecer a los bien alimentados
y le prenderá fuego a su lujo,
como se enciende la leña’.
Palabra del Dios
Te alabamos, Señor


Salmo Responsorial
Salmo 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15
R. (14a) Escucha, Señor, a tu pueblo.
Señor, los malvados humillan a tu pueblo
y oprimen a tu heredad;
asesinan a las viudas y a los forasteros
y degüellan a los huérfanos. R.
R. Escucha, Señor, a tu pueblo.
Y comentan: "El Señor no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera".
Entérense, insensatos;
necios, ¿cuándo van ustedes a entender? R.
R. Escucha, Señor, a tu pueblo.
El que plantó el oído ¿no va a oír?
El formó el ojo ¿no va a ver?
El que educa a los pueblos ¿no va a castigar?
El que instruye al hombre ¿no va a saber? R.
R. Escucha, Señor, a tu pueblo.
Jamás rechazará Dios a su pueblo
ni dejará a los suyos sin amparo.
Hará justicia al justo
y dará un porvenir al hombre honrado. R.
R. Escucha, Señor, a tu pueblo.

Aclamación antes del Evangelio
Cfr Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
R. Aleluya.

Evangelio
Mt 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: ’¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar’’.

Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

Debilitará a los hombres vigorosos
Isaías escribe contra Judá (Asiria), un pueblo que fue escogido por Dios para que fuera instrumento suyo y castigara a Samaría por su impiedad. Pero algo cambió en el corazón de ese pueblo. Se llenó de soberbia, se extralimitó en su misión, y comenzó a someter bajo su dominio opresor a otras naciones.

Este es el peligro de muchos pueblos y muchas personas cuando se ven agraciados en la vida: se envanecen y oprimen. La soberbia es esa altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros, en el interior nace el desprecio por los otros porque no son como uno. Por lo general, a la soberbia le acompaña la cólera o la ira, y el menoscabo de la fama de los otros.

La persona soberbia se siente con vigor y fuerza, se ve por encima de los otros, hay una necesidad enfermiza de compararse con los demás, y su egocentrismo le conduce a que todo el mundo vea lo que hace, lo que construye, su fuerza, su vigor; todo a semejanza de un pavo real. Mucho escaparate y poca seguridad personal.

La persona soberbia se empodera con las riquezas de los otros, nada es original en ella. No hay idea, sugerencia o personalidad personal, lo que hace es una apropiación indebida de las cualidades, riquezas y valores de otras personas como si fueran únicas y propias.

Isaías anuncia que el Señor debilitará a los hombres vigorosos y bajo su esplendor encenderá un fuego abrasador: será como un enfermo que se extingue, consumirá el esplendor de su bosque y de su huerto de la médula a la corteza.

Es necesario vivir momentos de empequeñecimiento para que la humildad acampe en nuestro interior. Cuando vivo la humildad conozco en profundidad cuáles son mis limitaciones, y comprendo dónde están los límites de mi misión para con los demás. La humildad me ayuda a valorar cuáles son las cualidades de mi prójimo, y las promueve por encima de todo.

Vivir la humildad es permitir que Dios juegue un papel importante y central en mi vida interior. Sólo desde esa vivencia Dios tiene algo que decirnos.

La revelación es para los sencillos
Mateo pone en boca de Jesús una oración de agradecimiento porque Dios ha revelado su ser, su presencia, su salvación a la gente sencilla. Es la preferencia de Dios.

El Hijo es el que conoce al Padre, y es el Hijo quien decidirá cómo revelar al Padre. Esta es la gran premisa de este Evangelio: la revelación es para la gente sencilla.Nada hay que perder, todo es ganancia junto a Dios.

La sencillez se dice de una persona sin artificios, natural, que de manera espontánea actúa con llaneza, con familiaridad e igualdad entre sus prójimos. La persona sencilla mantiene una actitud libre de artificios y aparatosidad. Se saborea la buena fe de la gente sencilla.

A veces pasa desapercibida esta actitud entre las personas con las que convivimos. Muchas veces se valora y prefiere la gente de fuera, los extraños son mejor acogidos y apreciados, para cumplir con los estereotipos culturales y sociales. Renunciamos a contemplar la sencillez y familiaridad de los nuestros, así como renunciamos también a la familiaridad e intimidad con Dios.

Tal renuncia nos conduce al desconocimiento profundo de lo que Dios quiere revelarnos. Si Dios ha escogido a la gente sencilla, dice el Evangelio, es porque así le ha parecido mejor. La gente sencilla no manipula la vida, actúa con buena fe. La verdad de Dios se puede pronunciar sin artificios con ellos. Hay una mejor acogida del conocimiento de Dios desde la sencillez. Y existe una mejor actitud de libertad para asumir lo que Dios quiere de nosotros.

Nuestra oración ha de ser por encima de todo confiada y sencilla, sin artificios y aparatosidades, procurando una acogida de Dios libre de complejidades. Recordemos la oración del fariseo y el publicano, el publicano era la persona sencilla que reconocía ante Dios sus pecados y pedía perdón. Y esa oración fue reconocida por Jesús.

Fray Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

Ver nota completa...

Escríbe al autor

Escribe un comentario directo al autor

’ La revelación es para la gente sencilla ’

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.