’ Los últimos serán los primeros ’


‘Llama a los trabajadores y págales su jornal’

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’ Los últimos serán los primeros ’
Religión
Agosto 18, 2021 09:33 hrs.
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La Palabra de Dios

Miércoles 18 miércoles 2021

Lectura I
Ju 9, 6-15
En aquellos días, se reunieron todos los hombres de Siquem y todas las familias de Bet-Mil-Lo y proclamaron rey a Abimélek, junto a la encina de la piedra memorial que hay en Siquem.

Se lo anunciaron a su hermano Jotam, quien subió a la cumbre del monte Garizim, y desde ahí levantó la voz y clamó: ’Escúchenme hombres de Siquem, y que Dios los escuche a ustedes.

Una vez los árboles fueron a buscarse un rey. Le dijeron al olivo: ‘Sé nuestro rey’. Pero el olivo les respondió: ‘¿Voy a renunciar al aceite que utilizan los dioses y los hombres, para ir a presumir por encima de los árboles?’

Entonces, los árboles le dijeron a la higuera: ‘Ven a ser nuestro rey’. La higuera les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mis dulces y sabrosos frutos, para ir a presumir por encima de los árboles?’

Le dijeron luego los árboles a la vid: ‘Ven a ser nuestro rey’. La vid les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mi vino, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a presumir por encima de los árboles?’

Finalmente, todos los árboles le dijeron a la zarza: ‘Ven a ser nuestro rey’. La zarza les respondió: ‘Si de veras quieren hacerme su rey, vengan a descansar bajo mi sombra. Pero si no es así, que brote fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano’ ’.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Del Salmo 20
R. (2a) De tu poder, Señor, se alegra el rey.
De tu poder, Señor, se alegra el rey,
se alegra con el triunfo que le has dado.
Le otorgaste lo que él tanto anhelaba,
no rechazaste el ruego de sus labios.
R. De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Lo colmaste, Señor, de bendiciones,
con oro has coronado su cabeza.
La vida te pidió, tú se le diste,
una vida por siglos duradera.
R. De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Tu victoria, Señor, le ha dado fama,
lo has cubierto de gloria y de grandeza.
Sin cesar le concedes tus favores
y lo colmas de gozo en tu presencia.
R. De tu poder, Señor, se alegra el rey.

Aclamación antes del Evangelio
Heb 4, 12
R. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz
y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
R. Aleluya.

Evangelio
Mt 20, 1-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: ’El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?’ Ellos le respondieron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. El les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.

Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros’. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: ‘Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor’.

Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?’

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos’’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

"¡Escuchadme, señores de Siquén, y así os escuche Dios!"
El relato del libro de los Jueces, que hoy se proclama, propone por medio de una fábula, una seria advertencia: el alejamiento de Dios tiene como consecuencia, la autodestrucción. La situación en Israel, después de la muerte de Gedeón, es de enfriamiento y de abandono del Dios de sus Padres. Entregados a Baal Berit, la alianza queda olvidada. En esta situación siempre aparece un oportunista, para hacerse con el poder, al margen de Dios. Para conducir a su Pueblo, Dios ha suscitado profetas y Jueces, pero la primacía en la guía del Pueblo la tiene Dios, puesto que en su nombre es gobernado Israel. Para que este sistema funcione, la fe en el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, debe ser firme.

La fábula de Yotán se asienta sobre el asesinato de los setenta hijos de Gedeón, por mano de su hermano Abimelec. Solamente escapó Yotán, el hijo menor que se esconde. El deseo de poder y la confabulación con los hermanos de su madre, llevan a Abimelec a ser proclamado rey. Pero no lo es de Israel, pues es proclamado por los cananeos de Siquén. Por eso, Yotán, se dirige a los vecinos de Siquén desde el Garizín. Lo que Gedeón no había aceptado, ser rey, es buscado y procurado por uno de sus hijos, Abimelec, hijo de una siquenita. Para ello asesina y confabula. Una realidad tan arraigada en la condición humana, cuando deja de lado a Dios y lo que es recto.

Los árboles buscan un rey y se dirigen al olivo, que no renuncia a sus privilegios: ’engordan dioses y hombres’; la higuera: ’renunciar a su fruto sabroso?’; la vid: ¿voy a dejar mi mosto, que alegra a los dioses y hombres? Ninguno quiere dejar de ser él mismo y valorado por sus frutos. La zarza, no desdeña el ofrecimiento, pero señala una condición: ’venid a cobijaros bajo mi sombra y si no, salga fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano.’ La invitación a prestar atención a su propuesta en relación con la escucha de Dios, intenta hacer ver a los vecinos de Siquén el disparate que han hecho. Una llamada a repensar las determinaciones. El final de Abimelec, muerto ignominiosamente, resalta el final de la respuesta de la zarza. Aquel intento de autoproclamación terminó en desastre.

"Señor, el rey se alegra por tu fuerza"
El salmo canta la primacía de Dios en todas las acciones del rey. El salmista coloca a Dios por encima del gobernante y a éste, subordinado a Dios, a quien acude y a quien reconoce como el dador de todo bien. En la etapa posterior a los Jueces, cuando con Samuel, el Señor accede a los requerimientos del pueblo, y elija a Saúl, primer rey de Israel, manifestará que lo que está en juego es la soberanía de Dios sobre su Pueblo.

"Los últimos serán primeros y los primeros los últimos"
Jesús enseña por medio de parábolas, historias sencillas con un contenido cercano y comprensible. Encierran una gran belleza y fácilmente llevan a la admiración de la gente sencilla. La parábola de los jornaleros contratados, pone de relieve cómo Dios llama en cualquier instante de la vida para participar en la construcción del Reino de Dios. Al poner al propietario de la viña saliendo al amanecer y al atardecer, señalando otros momentos del día, para contratar a los jornaleros, indica la voluntad de Dios de no dejar a nadie fuera de esta labor. Incluso, cuando al salir al atardecer y encontrar a unos desempleados, sin hacer nada. Y preguntados sobre ello, la respuesta es: nadie nos ha contratado. No es que no quieran trabajar, es que nadie los ha invitado a hacerlo. No los han contratado. Ellos también son enviados a la viña y les dará lo debido.

Contar con todos. No excluir a nadie. Reconocer que todos tienen capacidad para asumir responsabilidades y ofrecerles la oportunidad, el espacio y la ocasión de hacerlo, es una gran lección. En una sociedad excluyente suena extraño esta inclusión.

Pero también rompe con la lógica humana: a más horas de trabajo, mayor salario. Así pensaban los de primera hora del día. Su razonamiento resalta la lógica humana. Pero al estar relacionada la enseñanza con el Reino de los Cielos, la lógica se asienta sobre la justicia. El trato es un denario por jornada, que es una buena paga. Si recibes lo convenido no hay agravio. La manera de proceder del propietario resalta la bondad, que mira más allá, atendiendo a las necesidades básicas. El salario era un denario por jornada. Cumplida la jornada se les da lo convenido. No debe haber quejas. Pero las hay.

La instrucción al capataz se escapa de lo habitual. Comienza por los últimos, que reciben un denario. Los del comienzo del día hacen sus cálculos: nos tocará más pues hemos sufrido el peso del día y el bochorno. Al recibir un denario, su frustración lleva al reclamo. La respuesta del propietario les recuerda lo convenido: un denario por jornada. Ha cumplido con los pactado. La queja es desmontada apelando a la bondad y al dominio sobre los bienes propios: ¿es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Este modo de proceder es el que se propone a todos: actuar desde la bondad, que no desconoce la justicia, pero que va más allá, al dar lo necesario a cada uno, partiendo de lo ajustado. En una civilización excluyente, con un sistema salarial inadecuado, parece impensable que los últimos sean primeros. Pero en el plan de Dios esta inversión de lugar está centrada en la bondad misma de Dios, que sobrepasa todo lo imaginable y siempre sorprende. ¿Cómo es nuestra manera de proceder con los otros? ¿Qué lógica domina en nuestros actos y programas?
Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)

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