Epístolas Surianas
De Julio Ayala Carlos
• En campaña; sin haber convocatoria
EL MENSAJE ES MUY CLARO. La elección de la dirigencia del PRI Guerrero, cuya presidencia ya presumía en la bolsa Alejandro Bravo Abarca, el exjefe de Gabinete del gobierno anterior, está entrampada, y más aún, se le salió de las manos a los grupos que ya tenían todo decidido, de tal forma que la designación del nuevo presidente de ese partido político vendrá del centro, es decir, del propio dirigente nacional que encabeza
Eso, de entrada, es un duro golpe al orgullo y jactancia de Bravo Abarca y de quienes lo manejan, pues demuestra que no tienen el control absoluto del PRI en el estado, pues ante el poder de quienes han mantenido secuestrado a ese partido, está el poder y la fuerza de la militancia que exige ser tomada en cuenta, y además, muestra su rechazo a que sean siempre los mismos los que lo manejen.
Así que si a mediados de enero Alejandro Bravo Abarca y compañía ya se sentían seguros en el PRI Guerrero, hoy navegan bajo las aguas de la preocupación, pues de entrada la dirigencia nacional de ese partido les desbarató su calendario de elección, como lo muestra el que no ha emitido la convocatoria para tal efecto.
Así es, diría el Maestro. Tras planchar el método de la elección del nuevo presidente del PRI estatal, quienes tienen secuestrado a ese partido también acordaron el calendario electoral, incluyendo la emisión de la convocatoria por la dirigencia nacional que hasta ahora los ha ignorado.
Es decir, con todo y que quienes mandan en el PRI Guerrero ya eligieron el método de elección de su nuevo presidente, la dirigencia nacional que encabeza….. aún no les ha dado el visto bueno, por lo que las pretensiones de imponerlo están estancadas.
No obstante, hay que decirlo, Bravo Abarca no sólo recorre el estado en reuniones con líderes priístas y de los sectores que integran ese partido, a quienes les expone su propuesta y oferta para dirigirlo, sino que los llama para que voten por él, llegado el momento.
Sin embargo, habrá que decirlo, al exjefe de gabinete, con todo y el dinero que le invierten sus patrocinadores, con todo y que hace uso de los compromisos políticos, y con todo y que es el único aspirante a dirigir al tricolor, se le ve sólo, en reuniones precarias, a pesar de que quienes asisten van obligados, lo que ha llevado a deslindarse del supuesto apoyo que le brindan.
La razón es sencilla. El verdadero priísmo guerrerense, el de a pie, es decir, la militancia verdadera, la que vota y participa en las campañas políticas y hace perder o ganar a los candidatos de su partido, ya no está dispuesto a que se le haga a un lado en las decisiones importantes del tricolor, y menos aún, que sean los mismos quienes lo manejen para repartirse las candidaturas entre ellos mismos, entre sus hijos, hermanos, esposas, compadres y hasta los ’machoguas’, de ahí que haya un descontento generalizado porque impongan a Bravo Abarca, quien en la última elección que compitió perdió dos a uno contra el candidato del PRD.
En el fondo, ése fue el principal motivo por el que los que impulsan a Bravo Abarca decidieran aprobar la convención de delegados para elegirlo presidente del priísmo guerrerense, a sabiendas de que una elección abierta a la militancia, no ganaría ni en Petatlán de donde es oriundo, ni en Zihuatanejo donde fungió como alcalde. ’Saben muy bien que cualquiera le ganaría, y 10 a 1 el que fue candidato a gobernador del estado, Mario Moreno Arcos’, dice la militancia.
Y es obvio. Con todo y el dinero que ha logrado amasar como funcionario público, con todo y que lo impulsan quienes gobernaron el estado recientemente, el exjefe de gabinete es un hombre extraño para los priístas, pues en los últimos seis años se la pasó en la comodidad de sus oficinas del Palacio de Gobierno, amuralladas para que no entraran al recinto los guerrerenses de a pie, y menos aún a hablar con él, mientras los militantes de ese partido, a los que ahora busca, los ignoraba día a día.
’Bravo Abarca tiene años que no visitaba los municipios; si nunca lo hizo como funcionario, menos lo hizo antes. Ahora como quiere ser presidente del PRI, ahora sí se acuerda de nosotros; ahora nos abraza y hasta come junto a nosotros, haciéndose el payaso, el chistoso; nosotros sabemos que no es sincero, que no es honesto. Lo menos que nos causa es desprecio’, coinciden aquí y allá.
En fin. Alejandro Bravo deambula por el estado. Dice, allá y aquí, que va a trabajar por el PRI. ¿Acaso alguna vez lo ha hecho? Mientras tanto, anda en franca campaña, aún si haber convocatoria, sin darse cuenta que cualquier impugnación de la elección, lo dejaría fuera de ella. Jejejé…
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