Requiere modernizarse y alinearse con los estándares internacionales. Atender sus crisis de calidad del aire y gestión de residuos.
Se deben aprovechar las oportunidades de la economía circular y corregir las profundas desigualdades circunstanciales que afectan a sus habitantes.
Una ruta legislativa para fortalecer los instrumentos fiscales ambientales, parten del principio ’quien contamina paga’, señala el diputado Pablo Trejo.
En un contexto global, la Ciudad de México (CDMX) enfrenta el desafío de modernizar su propia fiscalidad ambiental. Aunque ha dado pasos importantes como la implementación de un impuesto a emisiones de CO₂, éste aún presenta limitaciones significativas frente a los estándares internacionales.
En charla con este reportero, el legislador Pablo Trejo Pérez, vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PRD, precisa que el documento de investigación: ’Impuestos Verdes: Herramientas Fiscales para la Mitigación del Cambio Climático y Desarrollo Sustentable’, presentado en la Cuarta Sesión Ordinaria de la Comisión de Hacienda del Congreso de la Ciudad de México y que preside, se sometió a consideración de sus miembros y el cual fue aprobado por unanimidad.
Este trabajo, impulsado por la Comisión, ’propone una ruta legislativa para fortalecer los instrumentos fiscales ambientales, partiendo del principio ’quien contamina paga’.
Describe que en el sumario del texto se indica que frente a una realidad en la que, el año pasado, en la capital del país más de 80% de los días superaron los límites de contaminación, además de la generación de 13 mil toneladas de residuos diarios con sólo un 4% de reciclaje. ’Los llamados impuestos verdes emergen como una herramienta clave para corregir externalidades, proteger la salud pública y fomentar una economía circular’, suscribe.
Al abordar el tema de los ’datos alarmantes’ que se destacan en el libro, el presidente de la Comisión de Hacienda, relata que éstos refuerzan la necesidad de una reforma fiscal ambiental inmediata.
Precisa: ’72% de la población desconoce el destino de los recursos recaudados; apenas 1.2% del parque vehicular es eléctrico; y la tasa de impuesto al carbono en la Ciudad de México (58 pesos por tonelada) está muy por debajo de estándares internacionales (como los dos mil 800 pesos en Suecia)’.
Agrega: ’Estos elementos evidencian una brecha normativa y operativa que puede ser subsanada mediante una legislación integral sobre fiscalización ambiental, que garantice transparencia, eficacia recaudatoria y justicia climática’.
El diputado recuenta que a partir de un análisis técnico y comparativo con experiencias internacionales —como Suecia, Londres y Santiago de Chile—, el estudio en cuestión plantea cuatro ejes para una reforma fiscal ambiental efectiva: Tasas progresivas que disuadan la contaminación. Fondo Verde con mecanismos de reinversión transparente. Incentivos para economía circular y Compensaciones sociales para proteger a sectores vulnerables.
Asimismo, reseña que el original se estructura en varios apartados, entre ellos: Marco conceptual y legal, que define los impuestos verdes, su base económica y su respaldo jurídico. Diagnóstico de la contaminación ambiental, que examina sus múltiples formas: aire, agua, suelo, ruido, luz, calor y radiación.
Así como: Implicaciones ambientales, sociales y económicas, donde se destaca el impacto en salud, biodiversidad y productividad. Fundamentos y criterios de implementación de impuestos verdes, con base en teoría económica y mejores prácticas internacionales. Panorama comparado, que incluye experiencias de Europa, Asia y América Latina en la aplicación de estos instrumentos. Estudio del caso mexicano y de la Megalópolis, con especial atención a la Ciudad de México y sus retos locales y, Hallazgos, que resumen los desafíos y oportunidades para avanzar hacia un sistema tributario ambiental moderno, equitativo y eficiente.
Insiste en que la contaminación genera externalidades negativas, deterioro de la salud pública, aumento del gasto médico, reducción de la productividad y pérdidas económicas.
’En 2024 los niveles de ozono, PM10, PM2.5 y SO2 continúan excediendo las normas sanitaria, especialmente en invierno, acentuados por fenómenos como la inversión térmica y uso de pirotecnia’, afirma.
La experiencia internacional revela que los sistemas más exitosos comparten cuatro características fundamentales: tasas progresivas que reflejen el verdadero costo social de la contaminación, mecanismos compensatorios para proteger a los sectores vulnerables, vinculación clara entre lo recaudado y su reinversión en proyectos ambientales, e integración con otros instrumentos como los mercados de carbono.
Es una realidad que la CDMX enfrenta una situación ambiental crítica que demanda acción inmediata: La calidad del aire sigue siendo el problema más apremiante, con un 83.3% de los días en 2024 superando los límites permitidos de PM2.5 y un 63.3% en el caso del ozono.
En el manuscrito, que consta de 58 paginas, se da un amplio panorama de la situación que se vive en la CDMX, la cual requiere una modernización urgente de su fiscalidad ambiental que le permita alinearse con los estándares internacionales, atender sus crisis de calidad del aire y gestión de residuos, aprovechar las oportunidades de la economía circular y corregir las profundas desigualdades ambientales que afectan a sus habitantes.
Se señala que en materia de gobernanza, el 72% de los contribuyentes desconoce el destino de los recursos recaudados mediante impuestos verdes, y no se cuenta con indicadores públicos que permitan evaluar su impacto real en la mejora ambiental.
Al referirse a la desigualdad ambiental, se manifiesta con crudeza que, en alcaldías como Iztapalapa y Tláhuac la incidencia de enfermedades respiratorias es 40% mayor que en otras zonas de la ciudad, sin que existan mecanismos fiscales diferenciados que corrijan estas disparidades.
Ante estos datos fríos, Pablo Trejo considera que el reto es que no esté contaminado el aire, la luz, las áreas verdes y reflexiona: ’se trata de una investigación comparada con la forma en la que otros países atienden el problema de la contaminación a través de los impuestos verdes, y canalizan los recursos hacia áreas que buscan restituir el medio ambiente’.
Al darle su justo crédito al esfuerzo y dedicación de los integrantes de la Comisión de Hacienda del Congreso y que aprobó por unanimidad el documento de investigación: ’Impuestos Verdes Herramientas Fiscales para la Mitigación del Cambio Climático y Desarrollo Sustentable’, el legislador capitalino Pablo Trejo afirma que el documento concluye con un llamado urgente a la acción legislativa, posicionando a la Ciudad de México como referente en el diseño de una política fiscal verde y sostenible.