El colectivo social antirracismo, Poder Prieto, denunció públicamente el ataque que sufrió un estudiante indígena en el estado de Querétaro.
En un comunicado, el colectivo señaló que el pasado 16 de junio, Pablo, un niño otomí de 14 años fue rociado con alcohol y quemado por sus compañeros dentro de la telesecundaria Josefa Vergara de la colonia El Salitre, en
Querétaro.
Sus padres acusaron de trabas por parte de las autoridades para
denunciar el ataque el cual calificaron de intento de asesinato.
La maestra, dijeron, intentó persuadirlos de interponer la
denuncia y la Unidad de Servicios para la Educación Básica
(USEBEQ) no tomó acciones inmediatas, si no hasta después de
que denunciaran el caso y se hiciera viral a nivel nacional.
En México, los pueblos y comunidades indigenas, constituidas
por más de 16 millones de personas, enfrentan cotidianamente
formas sistemáticas, estructurales e históricas de discriminación.
Por si fuera poco, añadieron, un estudio de Oxfam (una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales) afirma que los indigenas y afrodescendientes tienen menos posibilidades de terminar la
escuela, acceder a empleos formales o acumular riqueza, finalizó el comunicado.