Opinión

El coronavirus, ha significado un respiro para el planeta

El coronavirus, ha significado un respiro para el planeta
Periodismo
Mayo 03, 2020 20:48 hrs.
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Rodolfo Garza Gutiérrez › guerrerohabla.com

Estoy seguro que muchos de nosotros hemos visto con agrado en las últimas semanas que tenemos un aire más limpio, el canto de los pájaros se ha vuelto más sonoro y duradero, y los automóviles se han dejado de escuchar en las ciudades. El cielo ha vuelto a ser azul y dejamos de ver el desgarramiento que le provocan los aviones supersónicos que rompen la barrera del sonido. Esto no es un caso aislado, sucede alrededor del planeta. Es como si la vida hubiera vuelto.

El medio ambiente ’agradece’ que los humanos estemos en ’cuarentena’ debido a la pandemia que causó el coronavirus (COVID-19). Habíamos llegado a un grave estado de deterioro del ambiente, con aire y ríos contaminados; bosques depredados; playas, carreteras y calles sucias, depredación de fauna.

Muchos nos dimos cuenta de que la destrucción del planeta era la ’Crónica de una muerte anunciada’ (Enlace 30) y que ’Urge salvar nuestro planeta’ (Enlace 31, 32, 41, 42 y 43). Es evidente que tenemos grandes problemas globales (Enlace 33) y que muchos de los peligros que acechan al planeta están vinculados con el modelo de vida actual, de manera tal que vivimos una ’Crisis civilizatoria’ (Enlace 50) que nos ha llevado por el camino de la autodestrucción de nuestra casa, la que nos da techo, agua, aire, comida y disfrute del entorno. Y es nuestra obligación cuidarla porque de esto depende su supervivencia, la supervivencia de los seres vivos y nuestra propia supervivencia. Sin embargo, en este momento estamos sufriendo para conseguir la cura al COVID-19, que avanza en su camino de muertes y estragos en el mundo.

El coronavirus ha provocado que una buena parte de la población mundial esté pasando por este encierro obligatoria en sus casas, con el objetivo de frenar la expansión del virus. Según los expertos, paradójicamente la epidemia ha salvado más vidas que las muertes que ha producido. En China, donde se reportan casi 9 mil muertos hasta la fecha, mueren en promedio 1.1 millones de personas por año, víctimas de lo que ahora llaman el ’airepocalípsis’, la masiva nube de esmog que cubre el País.

Con la sobrepoblación humana fuimos reduciendo a pasos agigantados el territorio de los animales. Sin embargo, gracias al confinamiento, el planeta respira mejor en respuesta a la pandemia inédita del coronavirus. Esto ha provocado imágenes nunca vistas de zonas urbanas, habitualmente muy concurridas y ahora completamente vacías. Cada día se ven más animales que han decidido explorar el mundo que les hemos ’arrebatado’, reconociendo sus antiguos territorios. En Venecia, específicamente, el agua de los icónicos canales se vuelve cada día más cristalina debido a que el tránsito de barcos y la falta del turismo masivo han disminuido la contaminación. Peces y cisnes son quienes por estos días han aprovechado las vías acuáticas, y se han visto ballenas visitando embarcaderos para desplazarse tranquilamente. En costas mexicanas la abundancia de peces ha sido tal que los pescadores llaman a la gente para que venga por ellos. Lo mismo ha ocurrido con aves, delfines y lobos marinos en playas turísticas, como nunca se habían visto. En muchas ciudades del planeta los animales transitan por las calles, como Pumas, jaguares, venados, jabalíes, osos, tortugas, cocodrilos, faisanes y muchos otros. Este hecho muestra el daño que hacemos normalmente los seres humanos a la naturaleza y a los animales.

La desaceleración de la actividad económica y del tráfico aéreo, terrestre y marítimo, así como el cierre de industrias y el confinamiento poblacional, han permitido una sorprendente caída de la contaminación ambiental y de las emisiones de gases con efecto invernadero, a nivel planetario. Esto ha tenido un impacto significativo en el medio ambiente y la fauna.

Cuando esta situación pase, los problemas como el cambio climático, la contaminación atmosférica en las grandes ciudades y la pérdida de biodiversidad seguirán siendo desafíos de enorme magnitud, a los que se deberán aplicar medidas urgentes.

Las personas que nos hemos preocupado por el tema ambiental y la sostenibilidad, la participación activa de la sociedad civil y el seguimiento de la actuación de políticos, deberemos buscar soluciones más efectivas para cambiar nuestros hábitos y tomar decisiones hacia el uso de energías más limpias y renovables, pero también reforestar nuestro planeta y remediar nuestro entorno, nuestra casa.

Sería deseable que esta crisis a nivel mundial nos dé entrada a la madurez como sociedad. Y dé motivo al nacimiento de una conciencia de colectividad y corresponsabilidad social determinante, para encarar los muchos desafíos que deberemos enfrentar como sociedad en las próximas décadas. En otras palabras, necesitamos educación ambiental. (En eso trabajé muchos años. En otra colaboración hablaré del tema).

Por lo pronto, disfrutemos de la purificación del ambiente, del canto de los pájaros, de las aguas más limpias y del aire más puro, ayudemos a los demás en la medida de nuestras posibilidades y agradezcamos a las personas que atienden a los enfermos y que tratan de conseguir una cura al COVID-19, que avanza en su camino de muertes y estragos en el mundo. Unidos saldremos adelante.

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