Por Adriana Salazar
Hace 117 años, un 5 de febrero de 1905, dio inicio una etapa extraordinaria en el desarrollo de la medicina mexicana al inaugurarse el Hospital General de México, generando con ello la apertura a la evolución científico tecnológica para este país con una planta clínica dirigida a la atención de 315 personas.
A lo largo del tiempo, la Secretaría de Salubridad, hoy Secretaría de Salud, han ido perfeccionando los sistemas, metodologías y servicios que integran la institución consolidándola actualmente en una alta y diversa especialización de alrededor de 50 diferentes servicios del tipo académico, médico, de carácter clínico con función de análisis y de investigación biopsicosocial que ofrece sus servicios a la ciudadanía en general con carácter público, para no derecho habientes referenciados por Instituciones de menor rango científico, o servicios de atención como los de primer y segundo nivel, es decir, centros de salud u otras clínicas de zona.
Con el paso del tiempo y como era de esperarse, la transición en cuestiones de salud no ha sido fácil teniendo que enfrentarse a trágicas y derrotantes acontecimientos como el terremoto de 1985 que derrumbó varias de sus edificaciones entre ellos los de ginecoobstetricia y la residencia de médicos contabilizando muchas pérdidas humanas. Situación que ante todo pronóstico y haciendo uso de la vocación y solidaridad de su personal se unió para poder seguir prestando el servicio pese a las dificultades y contribuyó a los esfuerzos para rehabilitar su centro. Cabe destacar que antes de ello , en 1970, bajo el mandato de el Presidente de México, el Lic. Gustavo Díaz Ordaz, habían ya construido y rehabilitado edificios e instalaciones con alta calidad en su material y diseño; resaltando aun en la actualidad los cimientos arquitectónicos que detallan dicha calidad, creatividad y funcionalidad de su estructura. Sin embargo como en todos aspectos , la evolución siempre se encuentra con adversidades que constantemente deben proclamar atención y conciencia social para reequilibrarse, uno de los aspectos con los que siempre ha lidiado es la ’poca credibilidad de los mexicanos en el desarrollo de investigación’ ( manual de organización del hospital general de mexico, FODA 2015, amenazas de investigación), falta del marco legal para la cartera de investigación científica, falta de conciencia de la importancia del conocimiento metodológico en materia de investigación, las limitaciones gubernamentales y culturales para el establecimiento de patentes de investigación y déficit integral de comunicación en la producción científica generada en el Hospital derivada de proyectos de Investigación; lo anterior, ocasiona deficiencias sensibles de la medicina en México, es decir, no sólo para éste Hospital, sino en general para la salud pública, que de no ser observadas derivan en problemas consecuencia que afectan a la seguridad integral del personal médico, a su nomina, a sus garantías, a la institución, a la ciudadanía, a sus pacientes sobre todo y mención específica a la salud pública en general en su desequilibrio en derechos humanos que no pueden evolucionar al no empatarse con el resto de las responsabilidades : en demanda social, principios bioéticos, atención y cumplimiento de los derechos laborales y profesionalización. Lo anterior derivado del principal problema detectado en sus propios estudios publicados en su página de internet hgm/salud/dof., la falta de credibilidad, conciencia y énfasis social - legislativo a nivel Estado en la profesionalización e investigación médica, lo que habría contrarestado situaciones de epidemias como el covid, la violencia social, la desintegración familiar y algunos otros problemas como las adicciones. La ventaja de ser conscientes y generar conciencia científica es que podemos mostrar más disposición cultural de grado académico, mucho más determinante, y trascender con honestidad y dignidad hacia la evolución futura, sin olvidar lo que ya hemos lamentado mucho los mexicanos en pérdidas humanas, y sin subestimar el clamor medico por sus garantías, q al tiempo se derivan de las sociales y de la convicción bioética – intelectual que culturalmente esta tan frágil.