Opinión
Raúl De La Rosa
Siempre que pensamos en Investigación Científica e Innovación Tecnológica nos concentramos en lo académico, en la Física, las Matemáticas, la Química, la Biología, el Cálculo, las Ecuaciones, los talleres y los laboratorios, en el equipamiento tecnológico para hacer más y mejor tecnología, en la Ingeniería... En personas con anteojos, calvos, desaliñados, que no visten a la moda, excéntricos, totalmente ajenos del deseo de acumulación de capital, sólo obsecionados por las ciencias, por el saber... por el deseo de mejorar la vida de su sociedad o por el amor a la Patria... Pero... Eso ya no es exactamente así... Se han tenido que agregar variables ajenas al saber en sí mismo, desde 70 años atrás, más o menos, que lentamente han ido incidiendo en la Investigación Científica e Innovación Tecnológica, de forma tan determinante, que las han vuelto, en gran parte, eventos inducidos para la producción de riqueza individual monopólica. En otras palabras, si no el grueso de la investigación e innovación, si gran parte de ella se desarrollan casi a petición de parte.
Y ello ha incidido tanto en la Investigación, Desarrollo Social e Innovación (I+D+i) que ha hecho que surja toda una burocracia del Estado-nación y de los cuerpos supranacionales y/o multilaterales que lentamente se fue convirtiendo, consciente o inconscientemente, en elementos de apoyo y soporte de una élite empresarial metaconstitucional, metaconvenios internacionales y metadesarrollo sustentable, llevando a que la comunidad científica se vea afectada por los "vaibenes" de las Bolsas de Valores del mundo, sobre todo las del G-7. Es decir, por la _"subasta del conocimiento"._
Además de la burocracia supranacional, también generó el embate de los brókers (corredores de bolsa), trader, etc., y de "los cabilderos". El mejor ejemplo de todo ello es la industria farmacéutica de todo el mundo.
Pero en México eso sólo es una tercera parte de nuestro impresionante déficit en ciencia y tecnología (por nuestros inacabados y muy poco productivos: Sistema Nacional de Investigadores, SNI, CONACYT y universidades públicas y privadas) y sobre el cual han optado por recargarse nuestras instituciones, para justificar su falta de resultados. Aunque sabemos que esa solo es una de las tres partes que determinan nuestra eterna problemática de insuficiencia tecnológica, las otras dos partes del triunvirato que genera nuestro déficit en I+D+i son:
■ El desinterés gubernamental en lograr una auténtica autosuficiencia científica y tecnológica, cuando menos básica... Y...
■ La falta de vocación, disciplina y convicción de la comunidad académica mexicana en el desarrollo sustentable del país.
Sobre esos tres ejes: "la subasta del conocimiento", el desinterés gubernamental para lograr el desarrollo científico y tecnológico, y la falta de evaluación académica e inflación curricular (falta de patentes), debemos analizar el estado en que está la ciencia y tecnología nacionales, diseccionando:
- Políticas de apertura a la inversión extranjera y a la propiedad intelectual
- Poder público y políticas sobre Investigación y desarrollo
- Tendencias actuales en materia tecnológica
1.- Velocidad de la innovación y nuevas tecnologías
A) El gasto en ciencia y tecnología en México
B) Recursos humanos en ciencia y tecnología
~ Becas para estudios de posgrado
~ Estímulos a los investigadores
C) Aspectos jurídicos vinculados a la producción de tecnología en México
D) La programación del desarrollo científico y tecnológico
- Educación y Cultura en tiempos de crisis
- Crisis y piratería intelectual
*- Evaluación académica e inflación curricular*
Y lo anterior sólo es abrir la discusión de una de las carencias que nos mantienen en una absoluta dependencia científica y tecnológica de nuestros socios del T-MEC y en consecuencia, subyugados económica y políticamente, sobre todo, de EEUU.