Nueva Zelanda acogió su último partido del Mundial Femenino con el apasionante encuentro de semifinales entre España y Suecia. Un encuentro en el que se dieron cita un total de 43 217 espectadores que abarrotaron las gradas de Eden Park, en Auckland, para ver a la Roja sacar el boleto para su primera final de una Copa del Mundo.
Una cifra que igualó la máxima asistencia registrada en un partido de fútbol, ya sea masculino o femenino, en el país oceánico. Y es que esta Copa del Mundo ha batido todos los récords de asistencia en Nueva Zelanda, un país donde el fútbol no es el deporte más popular, y es que el críquet y el rugby concentran un mayor interés.
“Este torneo ha supuesto un cambio colosal en la forma en que el futbol, particularmente el futbol femenino, es visto en Nueva Zelanda”, dijo Andrew Pragnell, director ejecutivo de New Zelland Football.
Ya en el partido inaugural de la selección neozelandesa se registró un récord de asistencia con 42 137 espectadores, dato que fue superado en el partido de octavos entre España y Suiza con la misma cifra que ahora se dio en el duelo de semifinales entre la Roja y Suecia.
“Desde el histórico partido inaugural en el Eden Park que vio a las ‘Ferns’ ganar a Noruega, este torneo ha establecido un nuevo estándar para la Copa Mundial Femenina de la FIFA”, añadió Pragnell.
En total, 700 000 espectadores han disfrutado de la emoción del Mundial en las gradas de los estadios neozelandeses a lo largo de un torneo histórico a todos los niveles.