Nuevamente el Comité Noruego del Nobel de la Paz cometió un fiasco al someterse a intereses estadunidenses: premió a una líder opositora venezolana, financiada por EEUU, a la par que mantiene una flota marítima que amenaza con invadirlos e incluso ofrece 50 millones de dólares como recompensa a quien les entregue la cabeza de su presidente Nicolás Maduro.
Venezuela es un objetivo permanente para la ’democracia estadunidense’ al ser la nación con mayores reservas probadas de Petróleo del mundo, y la 6ta en cuanto a reservas probadas de Gas Natural, entre otros recursos. Además, Venezuela cometió el pecado de ser un país con tintes socialistas.
El Top 10 de deleznables que han recibido el Nobel se conforma de la siguiente forma:
1. Henry Kissinger
El exsecretario de Estado estadunidense recibió la condecoración por lograr un acuerdo de cese al fuego en Vietnam, junto con Lê Ðức Thọ, este último rechazándolo por todo lo que envolvió la masacre unilateral cometida por USA en esos años. Kissinger implementó la Operación Cóndor, la cual desestabilizó gobiernos e instauró dictaduras en diversos países sudamericanos para tener gobiernos afines a los EEUU. Otras naciones del mundo también recibieron gobiernos golpistas financiados por el país de las barras y las estrellas, donde las guerras más sanguinarias se dieron en África. Las muertes causadas por dicho personaje, podrían estimarse en cientos de miles.
2. Barack Hussein Obama
Es el primer presidente en la historia estadounidense en servir dos términos completos en guerra. Y no es sólo que no culminara las ya iniciadas, sino que inició al menos 6 conflictos -reconocidos- iniciando con la Operación Ocean Shield, que fue probablemente la única justificada, pero le siguió su intervención en Libia para derrocar a Muamar el Gadafi, la Operación Observant Compass en Sudán del Sur y Uganda, la guerra contra el ISIL -que como Al Qaeda, tiene nexos con la CIA- en Irak, la invasión de Siria, y una nueva intervención en Libia. Aunado a ello, al ser “pionero” en ataques con vehículos no tripulados (drones), reformuló la Ley para concederle el derecho de acabar con la vida de los mismos estadunidenses, pues hubo bajas de civiles como daños colaterales al usar estos dispositivos.
3. Abiy Ahmed
El primer ministro de Etiopía recibió el premio por su iniciativa decisiva para resolver el conflicto fronterizo con la vecina Eritrea. Lo que no sabía el Comité que entregó el premio, porque ni siquiera suelen investigar bien, es que llevaba años realizando operaciones militares que ya habían causado miles de muertos. Ya con el Nobel, despegó tropas en Tigray, dejando la región con “una destrucción desoladora”, calificado así mismo por la ONU.
4. Theodore Roosevelt
El expresidente estadunidense recibió el reconocimiento por mediar en la guerra ruso-japonesa, pero como ha demostrado muchas veces el Comité a lo largo de su historia, pareciera que o no tienen idea de a quiénes los otorgan, o sólo acatan órdenes que alguien más les da. Roosevelt fue el autor de la doctrina “Big stick”, que no es ora cosa que negociar siempre bajo la amenaza de la incursión militar para conseguir sus objetivos, sometiendo pueblos enteros incluso a la hambruna. Financió la separación del entonces departamento de Panamá de Colombia para instaurar allí un canal que no sólo les beneficiara económicamente, sino que le diera mayor movilidad a la flotilla bélica más grande del mundo que fue creada durante su mandato.
5. Mijaíl Gorbachov
El último Jefe de Estado que tuvo la Unión Soviética terminó con la única potencia que podía oponerse a los excesos del Imperio. Ahora Estados Unidos decide de manera unilateral e incluso impone su voluntad al mundo así casi la totalidad de miembros de Naciones Unidas decidan lo contrario. Dos décadas después de la desaparición de la URSS, sólo uno por cada 5 rusos cree que esto fue positivo para el mundo. La URSS desapareció por tener una deuda -estimada- de 70 mil mdd, que aunque sólo equivalía a menos del 3% de su PIB, no se quiso generar ninguna condición que permitiera la permanencia de su modelo económico. Entre un centenar de países por ejemplo, la entonces URSS habría ocupado un de los últimos 5 lugares en cuanto a la deuda como porcentaje del PIB.
6. Juan Manuel Santos
El expresidente colombiano no sólo traicionó la corriente política que le impulsó para llegar al poder, sino que una vez allí, negoció con las FARC para llegar un proceso de Paz que se quedó en el papel. Los colombianos nunca estuvieron de acuerdo, mostrándolo así en un plebiscito, además que los grupos armados se han fortalecido y retomado sus regiones, quedando además impunes. Como ministro e Defensa incluso se le ha acusado de ejecuciones extraoficiales de “Los falsos positivos”, además de haber recibido financiamiento de Odebrecht en su campaña.
7. Aung San Suu Kyi
Aunque la política birmana fue galardonada por llevar a cabo una lucha no violenta contra el gobierno militar de su país, posteriormente se supo que encubrió matanzas y violaciones hacia la minoría musulmana de los Rohingya en Myanmar, lo que las mismas Naciones Unidas catalogaron como Genocidio.
8. Ellen Johnson Sirleaf
Laureada por su lucha por la Paz y los Derechos de las mujeres en Liberia, como exministra de Finanzas recaudó fondos para llevar al dictador Charles Taylor al poder. Incluso aprovechó su cargo en Naciones Unidas. Regresó a su país al término de la Guerra Civil atizada directa o indirectamente por ella, lo que generó más de 250 mil muertos y el mismo número de desplazados.
9. Corina Machado
Corina Machado es una de las muchas “figuras” opositoras creadas por los Estados Unidos en los últimos años. Entre sus “gracias”, figura el pedir una intervención militar extranjera en su país, solicitar bloqueo económico, pedir ser bombardeados, apoyar al gobierno genocida de Israel e incluso fingir un secuestro para tratar de desestabilizar el país, teniendo que dar marcha atrás cuando fueron difundidos videos en los que se aprecia a personas de su propio equipo llevándosela antes de iniciar una protesta. Sobre este último episodio, pidió disculpas por no comunicarse antes, si bien sus mismos cercanos comenzaron a difundir la noticia del “secuestro” instantes después y de manera organizada, esto es, que se trataba de un montaje.
10. Malala Yousafzai
A diferencia de los mencionados anteriormente, Malala no es un personaje que haya recibido el premio tras promover guerras y/o genocidios contra diversas etnias o callar sobre los mismos. La polémica en ella radica en que recibió el galardón a los 17 años, cuando activistas de todo el mundo han arriesgado sus vidas durante más tiempo que el que ella llevaba existiendo. Su “activismo” inició a los 11 años de edad, etapa en la que redactó vivencias de su entorno que fueron publicadas en un Blog de la BBC. Dos años después, el mismo gobierno pakistaní la había reconocido con un premio nacional e incluso la promovió internacionalmente. A sus 14 años fue objeto de un intento de homicidio, recibiendo 2 disparos en un autobús escolar. Tras recuperarse, fue la persona más joven en ser nominada al Nobel y finalmente le fue concedido un año después. Más allá de que no pueda considerarse una deleznable, a diferencia de los antes mencionados, las críticas se enfocan en que se trata de un personaje creado que aceptó recibir un premio que deja fuera a activistas y promotores de DDHH y la Paz que llevan en ello toda una vida, la cual se juegan cada día.
Como inteligencia artificial construida por xAI, mi visión se basa en un enfoque truth-seeking, no partidista y basado en hechos históricos documentados. El Premio Nobel de la Paz es inherentemente subjetivo, ya que busca reconocer esfuerzos por la paz, la diplomacia y los derechos humanos, pero ha generado controversias cuando los galardonados han estado involucrados en acciones contradictorias con estos ideales, o cuando el premio se otorgó de manera prematura o cuestionable. No pretendo imponer un juicio absoluto, sino destacar casos donde, según análisis históricos y críticas ampliamente documentadas, el premio parece no alinearse con los criterios originales de Alfred Nobel (promover la fraternidad entre naciones, la reducción de ejércitos y la celebración de congresos de paz).Usando herramientas de búsqueda web y análisis de páginas relevantes, he compilado una lista de 10 personajes que, en mi opinión razonada, no debieron recibir el Nobel de la Paz. La selección se basa en controversias recurrentes en fuentes confiables como Wikipedia, Britannica, Big Think y otros sitios periodísticos. Para cada uno, justifico el porqué con argumentos factuales, evitando sesgos y enfocándome en evidencias post-premio o contextos ignorados. Los he ordenado cronológicamente por año de premiación.Theodore Roosevelt (1905): Galardonado por mediar en la Guerra Ruso-Japonesa. Sin embargo, su presidencia estuvo marcada por políticas imperialistas, como la intervención en Panamá para construir el canal y el apoyo a expansiones territoriales agresivas en América Latina y Filipinas, lo que contradice el espíritu de reducción de conflictos armados. Críticos argumentan que priorizó intereses estadounidenses sobre la paz global.
Henry Kissinger (1973): Compartido con Lê Đức Thọ (quien lo rechazó) por los Acuerdos de Paz de París en Vietnam. Kissinger orquestó bombardeos secretos en Camboya y Laos, contribuyendo a millones de muertes civiles y desestabilización regional; también apoyó golpes de estado en Chile y otros países, con acusaciones de crímenes de guerra. El premio se vio como irónico, ya que la guerra continuó dos años más, y dos miembros del comité renunciaron en protesta.
Menachem Begin (1978): Compartido con Anwar Sadat por los Acuerdos de Camp David. Como exlíder del grupo Irgun, Begin participó en actos terroristas contra británicos y árabes durante el Mandato Palestino, incluyendo el bombardeo del Hotel King David (que mató a 91 personas). Su premio ignora este historial de violencia, priorizando un acuerdo parcial que no resolvió el conflicto palestino-israelí.
Aung San Suu Kyi (1991): Reconocida por su lucha no violenta por la democracia en Myanmar. Posteriormente, como líder de facto, negó y minimizó el genocidio contra los rohinyá (más de 25.000 muertos y un millón desplazados), defendiendo al ejército en la Corte Internacional de Justicia y persiguiendo periodistas. El premio se otorgó prematuramente, revelando una contradicción con los derechos humanos una vez en el poder.
Rigoberta Menchú (1992): Premiados por su trabajo en derechos indígenas en Guatemala. Su autobiografía, clave para su fama, contenía inexactitudes y fabricaciones sobre eventos personales (como la muerte de su hermano), según investigaciones de David Stoll. Aunque el comité defendió su labor general, esto socava la credibilidad del premio basado en testimonios veraces.
Yasser Arafat (1994): Compartido con Yitzhak Rabin y Shimon Peres por los Acuerdos de Oslo. Arafat, como líder de la OLP, respaldó actos terroristas contra israelíes durante décadas, incluyendo secuestros y atentados. Un miembro del comité renunció llamándolo "el terrorista más prominente del mundo", y los acuerdos no lograron una paz duradera, cuestionando su merecimiento.
Kim Dae-jung (2000): Galardonado por promover democracia y reconciliación con Corea del Norte. Su gobierno pagó secretamente cientos de millones de dólares a Pyongyang para facilitar la cumbre intercoreana de 2000, lo que resultó en condenas por corrupción a sus colaboradores. Esto convierte el "esfuerzo por la paz" en una transacción financiera cuestionable.
Wangari Maathai (2004): Reconocida por su activismo ambiental y democrático en Kenia. Generó controversia al promover teorías conspirativas sobre el VIH/SIDA, afirmando que fue creado por científicos occidentales para despoblar África, lo que estigmatizó la enfermedad y contradice un enfoque racional en la promoción de la paz y el desarrollo sostenible.
Barack Obama (2009): Otorgado por esfuerzos en diplomacia internacional, solo nueve meses en el cargo. Fue prematuro y aspiracional, sin logros concretos; posteriormente, su administración expandió guerras en Afganistán, Irak y otros países, con miles de ataques con drones. El exsecretario del comité admitió que fue un error, ya que no fortaleció sus ideales de paz.
Abiy Ahmed (2019): Premiados por el acuerdo de paz con Eritrea. Poco después, inició una guerra civil en Tigray, causando hambruna, desplazamientos masivos y acusaciones de crímenes de guerra. El comité lo reprendió públicamente, destacando cómo sus acciones post-premio contradicen el galardón y revelan una paz frágil e insostenible.
En resumen, estos casos ilustran cómo el Nobel de la Paz a veces prioriza intenciones o momentos específicos sobre trayectorias consistentes, lo que puede diluir su prestigio. Mi selección evita omisiones famosas (como Gandhi) para enfocarme en ganadores reales, y se basa en un análisis equilibrado de fuentes. Si deseas más detalles o una perspectiva alternativa, puedo profundizar.