Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Los oídos de las instituciones de Morena se cerraron hace siete años, para cualquiera que demande su intervención ante los crímenes que diariamente se cometen en contra de la ciudadanía y para los mismos abusos de autoridad, cuyo quehacer, entre otros que no se conocen, es acallar esas voces.
Las madres buscadoras no encontraron jamás una puerta abierta de los hoy funcionarios, desde el más alto nivel hasta el más bajo, que prestara oído a sus demandas por desapariciones de sus seres queridos.
Inclusive, un rancho en Jalisco, en donde torturaban y desaparecían a jóvenes reclutados por los criminales, fue alterado para no dejar vestigios de muertes y torturas.
Los mismos criminales celebran hoy su ascenso a dueños del país, porque les fueron abiertas las puertas de la impunidad y del derecho a crecer hacia todos lados, con felicitaciones por su aportación de favores al gobierno y con abrazos.
Quien hoy tenga una queja debe guardarla o sólo contarla a los seres cercanos, porque la autoridad no es como la de antes, para estar a tono con la modernidad, cuando se acudía al Ministerio Público y después de una denuncia se investigaba y se actuaba.
Si había corrupción, hoy es infinitamente superior.
Pero eso no es lo peor. Lo grave es que de nada sirve intentar hablar con las autoridades, porque ya no están para auxiliar a nadie, sino únicamente para presumir el inmenso poder que les otorgó Morena.
Apenas, un grupo de jóvenes, integrantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios ’Rafael Ramírez, denunciaron en la mañanera presidencial que, en Oaxaca, estudiantes de ’Villas de Monte Albán’ y ’Miahuatlán de Porfirio Díaz’, han sido víctimas de agresiones violentas y del despojo de sus albergues.
La orden fue encapsularlos en Palacio Nacional.
Decidieron viajar a la capital, porque el gobernador Salomón Jara no está para esos menesteres y los granaderos existen aún, pero sólo para cometer actos de represión ordenados por la máxima autoridad.
Los muchachos No pensaron que, si las madres que perdieron a sus hijos no son recibidas, menos ellos.
Hace mucho se supo que la hoy Presidente del país, había decidido desaparecer el cuerpo de granaderos, que siempre fue utilizado para disolver manifestaciones con granadas lacrimógenas y con otros métodos, como el uso de toletes en contra de estudiantes inermes, que eran golpeados brutalmente . Estaban convertidos en el terror de esos movimientos.
Pero permanecieron ocultos y de acuerdo con denuncias formuladas por algunos delegados políticos, eran utilizados igualmente, sólo paras reprimir. Lo dijo Mauricio Tabe, alcalde en Miguel Hidalgo, en 2023, cuando Martí Batres, entonces secretario de Gobierno de la Ciudad de México le envió granaderos a ese apéndice del Gobierno de la Ciudad.
Ese mismo año, Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, denunció asimismo el envío de más de 300 granaderos en un operativo en el que supuestamente fueron encontrados panfletos en su demarcación, en contra de la señora Sheinbaum, en un operativo encabezado por el contralor de la ciudad, Juan José Serrano, ex abogado de las víctimas del derrumbe del colegio Rebsamen, cuando la hoy Presidenta era delegada en Tlalpan.
Ayer, los estudiantes oaxaqueños acudieron a la mañanera en busca de ayuda directa de la Presidente de este país. Pero los granaderos evitaron que entraran a Palacio.
Ante el amago de los uniformados, aseguraron que permanecerán en el lugar hasta lograr ser recibidos.
Lo que ocurre con los estudiantes no es novedad. Todo lo que representa dolores de cabeza para los que gobiernan, es rechazado a la hora de la verdad. Como la nula resolución de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos.
La actitud de las autoridades no concuerda con el dicho repetido todos los días, de que se gobierna para el pueblo, al que mantienen con base en las dádivas, porque sus votos son necesario en momentos de elecciones.
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