A unas semanas de tomar nuevamente el cargo Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, ya está sacudiendo el gobierno de Canadá, causando la renuncia de la viceprimera ministra y ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland.
La dimisión de Freeland, quien durante años había sido la mano derecha de Trudeau, provocó especulaciones en Ottawa sobre el futuro del mandatario y la posibilidad de elecciones anticipadas.
El silencio de Trudeau y otros miembros del gobierno, quienes se enteraron de la decisión de Freeland simultáneamente a la publicación de su carta en redes sociales, incrementó el caos de la crisis política.
Para empeorar la situación, Freeland debía presentar en el Parlamento la declaración económica de otoño, un documento crucial para afrontar la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, y que contiene medidas económicas.
En su carta de renuncia, Freeland mencionó las diferencias políticas con el primer ministro debido a la victoria de Trump y su rechazo a ciertas decisiones económicas del gobierno, aparentemente destinadas a mejorar la imagen pública de Trudeau.
’Necesitamos tomar la amenaza (de aranceles de Trump) con extrema gravedad. Esto significa en estos momentos mantener seca nuestra pólvora fiscal para tener las reservas que podamos necesitar para la próxima guerra arancelaria. Eso significa evitar costosas pantomimas políticas’, explicó.
’Esta convicción ha guiado mis esfuerzos este otoño para manejar nuestros gastos de forma que nos dé la flexibilidad que necesitamos para cumplir los graves desafíos presentados por Estados Unidos’, añadió.
Freeland se refería a la amenaza que el presidente electo estadounidense realizó el 25 de noviembre de imponer aranceles del 25% a Canadá y México hasta que cese el flujo de drogas e inmigrantes ilegales a través de las fronteras.
Los aranceles han sido calificados como ’devastadores’ por el propio Trudeau y podrían causar una recesión económica en el país.
La dimisión y denuncia de Freeland fue aprovechada rápidamente por el líder de la oposición, el conservador Pierre Poilievre, quien denunció el ’caos’ del Gobierno y solicitó elecciones anticipadas inminentes.
La petición de Poilievre se produce cuando su Partido Conservador tiene 20 puntos de ventaja sobre el Partido Liberal de Trudeau en intención de voto.
Los mismos sondeos señalan que de celebrarse elecciones en estos momentos el soberanista Bloque Quebequés (BQ) se convertiría en el líder de la oposición y que liberales y socialdemócratas quedarían relegados al tercer y cuarto puesto en el Parlamento.
Precisamente el líder del BQ, Yves-Francois Blanchet, declaró este lunes que ’el Gobierno de Trudeau está acabado’.
Al menos tres de los 153 diputados liberales han solicitado la dimisión de Trudeau tras la salida de Freeland.
Trudeau ya se enfrentó en octubre a otra revuelta interna cuando cerca de una veintena de diputados firmaron una carta solicitando su salida ante las malas perspectivas electorales.
La elevada inflación, la fuerte subida del precio de la vivienda y el empeoramiento de los servicios sociales, que muchos asocian con los altos niveles de inmigración promovidos durante años por el Gobierno canadiense, han provocado la caída de su popularidad.
Trudeau fue capaz de desactivar en octubre la rebelión y aseguró que optaría a la reelección en las próximas elecciones generales, que están previstas para el 20 de octubre de 2025.Con información de FORBES