De política y cosas peore
Armando Fuentes Aguirre ’Catón’
Un amigo de Capronio le preguntó: ’¿Alguna vez has discutido con tu esposa?’. Se quedó pensando el majadero y luego respondió: ’Una vez la ubiqué’... ¿A qué viene ese necio cuentecillo en el cual aparece el tal Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, que al contestar como lo hizo puso a su esposa en situación de desventaja frente a él? Uso el incivil relato para ilustrar el significado de la palabra ’eufemismo’. Eso de decir ’la ubiqué’ es eufemismo: el uso de una expresión agradable para manifestar una idea desagradable. Por ejemplo, don Simón Arocha, querido personaje del norte de Coahuila, jamás decía que una mujer estaba embarazada: decía que estaba ’enferma de gustos pasados’. Cuando una señora daba a luz solía decirse que había ’salido de su cuidado’. La esposa de un paisano mío de Saltillo, dio a luz en la Ciudad de México. El marido envió un telegrama a la familia: ’María salió de su cuidado. Mañana salgo yo’. Siguiendo con los eufemismos, mis tías solteras, púdicas y recatadas, no usaban la palabra ’caca’, con perdón sea dicho: decían ’panfué’. A la bacinica la llamaban ’la necesaria’, ’la perica’ o ’el tibor’; a los huevos les decían ’blanquillos’, y ’uno tras otro’ al chorizo. Mamá Gracia, bisabuela mía, consideraba cosa inconveniente pronunciar la palabra ’parto’ cuando rezaba el rosario en presencia de señoritas. Decía entonces: ’Virgen Purísima antes del éste, en el éste y después del éste’. En Tabasco la gente de antes no decía ’rajarse’, lo cual es gran torpeza que se oye sumamente mal: decía ’patrasearse’’. Algunos norteamericanos emplean todavía la exclamación ’¡Gee!’ a fin no decir el nombre de Jesús, con el que jamás bautizan a sus hijos. La copa de nieve que se iba a llamar ’Sunday’ se llamó finalmente ’sundae’, pues hubo protestas en el sentido de que el nombre original profanaba el día del Señor. Pues bien: un funcionario estadounidense usó un eufemismo al decir que intentar cruzar ilegalmente la frontera ’pone en peligro la vida de los ciudadanos mexicanos’. Lo que en verdad quiso decir fue: ’Aténganse a las consecuencias, que pueden llegar hasta las últimas’. El terrible suceso de las Torres Gemelas trajo consigo una corriente de xenofobia en Estados Unidos. La antigua y generosa idea del ’melting pot’, el crisol de las razas, ha desaparecido. Por tanto mejor haremos en procurar que desaparezca la injusticia propia; de ese modo no tendremos que seguir lamentando por siempre la injusticia ajena... La hermosa y buena niña, sentada en el regazo de su abuelita, le preguntó con dulce voz: ’Dime abuelita, ¿qué es un amante?’. La anciana se quedó pensando un momento. Luego lanzó un gran grito y se levantó como impulsada por un resorte. Corrió hacia el gran ropero de su alcoba y abrió con ansiedad la recia puerta de doble hoja. Del interior del ropero cayó un esqueleto. ’Mira, hijita –le dijo entonces, desolada, la abuelita a la pequeña-. Eso era un amante’... El muchacho se topó con su novia después de algunos meses de no verla. Lucía ella las evidentes señas de un avanzado embarazo. ’¡Flordelicia! -exclamó el muchacho al mismo tiempo con sorpresa e inquietud-. ¿Estás embarazada?’. ’No -respondió la chica secamente-. Es un simple caso de obesidad’... En el baño de vapor el esmirriado señorcito pasó junto a un tremendo hombrón. ’¡Caramba, amigo! -le dijo admirado-. ¡Lo felicito! ¡Qué generosa fue con usted la naturaleza! Míreme en cambio a mí: tengo muy poco’. ’Dígame -preguntó el otro-. Lo suyo, ¿funciona bien?’. ’No hay quejas –respondió con orgullo el chaparrín-. Jamás me ha hecho quedar mal’. Arriesgó tímidamente el fortachón: ’¿Cambiamos?’. (No le entendí)... FIN.