EDITORIAL
Tonatiuh Herrera, de la agrupación autodenominada Izquierda Hidalguense, compartió en sus redes que por órdenes del ayuntamiento de Mineral de la Reforma, presidido por Eduardo Medécigo, se le impidió llevar a cabo la recolección de firmas para promover la Revocación de mandato de Julio Menchaca pese a que se encuentra acreditado para hacerlo por el órgano electoral local.
Más tarde, dijo que el mismo alcalde le llamó para aclarar la situación.
El problema está en que para una corrección sobre la marcha de un mal actuar, indicó a su jauría de perfiles falsos que comentaran la publicación con loas hacia su persona.
Y es que aunque la práctica es muy cuestionable, diversos alcaldes son los que envían invitaciones a sus seguidores para hacer un contrapeso en publicaciones espinosas.
Para el caso de Medécigo sin embargo, son usadas cuentas falsas, lo que deja más preguntas al respecto: ¿Cuánto cuesta tener un grupo que administre perfiles falsos? ¿Distrae a trabajadores de sus funciones para que manejen ese tipo de perfiles en redes sociales? ¿En algún momento le ha funcionado, sabiendo que, junto con la alcaldesa de Tulancingo y el de Tula, pelea por los últimos lugares de aprobación en la entidad?
LOS PERFILES FALSOS
El uso de perfiles falsos es una práctica que busca acallar las voces críticas desde la cobardía del anonimato. Lo peor es, que ni siquiera consigue su objetivo, pues demuestra que carece de cualquier tipo de apoyo, real, en las redes sociales.
Pero además de ser una práctica antidemocrática, de esas que debieron desaparecer junto con el más rancio PRI, se trata de un delito, pues supone tomar fotos de personas “existentes” para darles un uso distinto a quien los compartió así en la web. Lo peor, que cuando usa imágenes más explícitas, puede ser sujeto a la Ley Olimpia.
Ya la cereza en el pastel es que los mismos perfiles falsos que le aplauden en algunas publicaciones, insultan en otras, al fin que si son denunciados y cerrados, fácilmente abren otros.