Quién fuera amigo…

El portal de noticias Latinus, que dirige el periodista Carlos Loret de Mola, se ha convertido en una piedra en el zapato del Presidente, por estar dedicado a investigar los actos de corrupción de la familia real y otros asuntos importantes que tienen que ver con el pésimo manejo que en este sexenio se ha dado a la gobernanza del país, cuyos desatinos no podría refutar nadie.
Nadie podría decir que no es cierto, por ejemplo, que la apuración de los morenistas en el Congreso, no fue una orden tajante del Primer Mandatario, de aprobar sus iniciativas para continuar con la destrucción de las instituciones que dan alivio a la población o que están allí para este caso, como el Insabi, cuya aparente misión consistía en proveer la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social.
Aunque, como muchos aseguran, su verdadero objetivo era ’destazar el Seguro Popular que construyeron gobiernos anteriores’. Tal era la urgencia, que bastaron sólo dos días para satisfacer los deseos del enfermo.
Los flamantes representantes populares, que no representan absolutamente a nadie y sólo sirven para cumplir caprichos del jefe, de quien ahora se sospecha que se enfermó para distraer y para permanecer ausente mientras se cumplía su orden al pie de la letra, como le gusta, se mostraron satisfechos de haber cumplido la encomienda, que sólo han aplaudido los discapacitados mentales que corean estas acciones en contra de la población.
Dado a investigar por su ’malquerencia’ de parte del gobierno, como suele calificar el secretario de Gobernación a los adversarios de Morena, Loret ha dado a conocer hechos como la famosa mansión que habitó el hijo del Presidente, José Ramón López Beltrán, propiedad de un directivo de la empresa Baker Hughes, con contratos vigentes con Pemex. También las vacaciones del mismo con su pareja, en lugares que sólo visita el jet set internacional.
Pese a lo anterior, el jefe del Ejecutivo sostiene, cada vez que puede, que no permite la corrupción ni en su familia y su hermano Pío, llegó al colmo de demandar al mismo Loret por 400 millones de pesos por afectar su reputación. Nadie tampoco podría creer que un juez se atrevería a dictaminar la culpabilidad del consanguíneo del Presidente, a pesar de los videos que conoció todo México, en los que aparece recibiendo dinero ’para causas justas’.
Ahora, por conducto de esas publicaciones, acabamos de saber que la destrucción –para variar siempre destrucción– del aeropuerto de Texcoco, se ha convertido en un gran negocio de amigos de otro hijo del Presidente. De Andrés, conocido como Andy López Beltrán y siempre a la vista cuando su padre tiene reuniones importantes, con políticos extranjeros y mexicanos.
Latinus afirma que Conagua entregó en 2022 un contrato de 10 millones de pesos a amigos de Andy, para instalar en los terrenos reducidos a polvo, del aeropuerto de Texcoco, hoy conocidos como Parque Ecológico Lago de Texcoco, la empresa Organismo Promotor Logístico, administrada por Carlos Buentello Carbonell y su apoderado Eduardo Rafel Castro Ávila, medio hermano de Alejandro Castro Jiménez Labora, el afortunado camarada.
Revela que los cercanos a Andy López participan en el nuevo Archivo General Agrario, que se levanta en Avenida Juárez, en el centro de la ciudad, con ayuda de Román Meyer, titular de la Sedatu. ’Para este proyecto, el Organismo Promotor Logístico recibió el año pasado 56 millones de pesos’.
Habla asimismo de que la Secretaría de la Defensa donó al gobierno de la Ciudad de México más del 60 por ciento del acero que se utilizaría en el nuevo aeropuerto y que ya es usado en los remiendos para reforzar la Línea 12. ¿Serán adecuados o estamos en la antesala de otro percance, por no utilizar los componentes precisos? ¿Quién pagaría por un nuevo fatal accidente?
En fin. El reportaje conforma una danza de actos en los que desfilan nombres de amigos y docenas de millones de procedencia ya muy conocida.
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