En el último año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el Servicio de Administración Tributaria (SAT) rompió récord histórico en la recaudación de impuestos a las grandes empresas.
En un informe del SAT, durante la actual administración han recaudado 3.5 billones de pesos por auditorías (tanto a grandes como a pequeños y medianos contribuyentes) y promoción de cumplimiento, lo cual representa un incremento de 120% en términos reales respecto al gobierno anterior.
De acuerdo con el SAT, entre enero y agosto del presente año la recaudación hacia los grandes contribuyentes aumentó a 424mil 86 millones de pesos, cifras nunca antes vistas desde que tienen registro. Los grandes contribuyentes son aquellas empresas o personas físicas cuyos ingresos superan los 1,250 millones de pesos al año.
De acuerdo con cifras del SAT, en el país hay casi 15mil grandes contribuyentes, tanto personas físicas como morales, que en conjunto aportan poco más de la mitad de los impuestos que se recaudan en México.
Respecto a las auditorías realizadas a pequeños y medianos contribuyentes han obtenido en este sexenio 1 billón 87,476 millones de pesos al cierre de agosto, mientras que por promoción de cumplimiento la recaudación la cifra asciende a 989,182 millones de pesos.
En el sexenio de López Obrador recaudaron un total de 22.09 billones de pesos, sin haber aumentado impuestos, siendo 24.4% más en términos reales con respecto al sexenio de Enrique Peña Nieto.
De 2018 a 2024 la recaudación tributaria pasó de 2,067,470 millones de pesos en 2018 a 3,338,844 millones de pesos en 2024, siendo esto un aumento del 38%.
El SAT ha asegurado que el aumento en la recaudación por auditorías a grandes contribuyentes es resultado de las estrategias implementadas en su Plan Maestro de Fiscalización y Recaudación, sin la necesidad de aumentar impuestos o crear nuevos, garantizando el cobro justo de contribuciones.
Como parte de las estrategias implementadas están las auditorías para evitar planeaciones fiscales agresivas: Se busca prevenir el uso de estrategias fiscales que buscan minimizar la carga tributaria de manera poco ética.
También incrementar la percepción de riesgo en los grandes contribuyentes, buscando que las grandes empresas sean conscientes de las consecuencias de no cumplir con sus obligaciones fiscales. Del mismo modo buscan certidumbre jurídica al contribuyente para brindar claridad y seguridad legal a los contribuyentes durante el proceso de fiscalización.
El SAT ha destacado que se han programado auditorías con un enfoque más asertivo y con menor tiempo de fiscalización. Además, se ha incentivado la autocorrección y el cobro oportuno, y se ha reforzado la verificación de la aplicación de saldos a favor del Impuesto al Valor Agregado (IVA).