Opinión

Un año después, así fue la fiesta del chacal

Un año después, así fue la fiesta del chacal
Periodismo
Febrero 20, 2021 13:24 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com


El usurpador y sus secuaces andaban que no cabían de gusto. Había trascurrido un año desde que aprehendieron al presidente, Francisco Ygnacio Madero González, y al vicepresidente, José María Pino Suárez, a quienes terminarían asesinando. En sus manos permanecían las manchas de sangre que eran indelebles y jamás desaparecerían. Eso, sin embargo, poco les importaba. Ellos, de todos modos, efectuarían eventos encaminados a conmemorar la felonía. Vayamos a la versión que proveía ’El Independiente,’ al cual le sobraban las dos primeras letras después del artículo, era el diario de confianza, siempre habrá uno, del chacal Huerta para mandar sus mensajes.
El miércoles 18 de febrero de 1914, se cumplía exactamente un año de que el esbirro de Huerta, Aureliano Blanquet, aquel quien le dio el tiro de gracia a Maximiliano de Habsburgo, tomó como rehenes al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez. Como coincidencia (¿?) ese día, al chacal se le ocurrió hacer una recomposición del grupo que le ayudaban a sostener la usurpación. Al día siguiente, en las siete columnas del periódico mencionado en el párrafo primero, se leía: ’Con las solemnidades que marca el protocolo protestaron los nuevos secretarios de estado.’ En el subtitulo daba más luz sobre dichos cambios y se comentaba: ’El licenciado [José López] Portillo y Rojas es el jefe del nuevo gabinete del señor general Victoriano Huerta.’ Abajo era publicada una foto con este fulano al centro flanqueado por los funcionarios nuevos. El abogado jalisciense, López Portillo se convertía en secretario de relaciones exteriores; el jurisconsulto chiapaneco, Querido Moheno y Tabares pasaba a encargarse de la secretaria de fomento; el médico de origen saltillense, Ignacio Alcocer Rodríguez se ocuparía del área de gobernación; y el jurista poblano Eduardo Tamariz y Sánchez estaría al frente de la secretaria de agricultura. A la par, se publicaban otras noticias que buscaban mostrar lo fuerte que se encontraba el grupo usurpador.
Informaban que ’continúa la división entre las chusmas rebeldes. Ansiosos de poder se lo disputan a tiro limpio unos y otros.’ Asimismo, aseguraban que ’Ciudad Victoria y Matamoros volverán al poder del gobierno de la república.’ Especulaban: ¿Va Félix Díaz al encuentro con Villa? Atacaban al diario católico El País acusándolo de que sus patrañas no cesaban.’ Resaltaban que existía una ’alarmante carestía de la carne en Veracruz.’ Asimismo, para que no los tacharan de herejes, daban cuenta de que se había suscitado un ’hecho milagroso en la historia de la C[iudad]. de Tlaxcala. En la casa del diputado [Rafael] Anzures una santa escultura echó a andar.’ Entre todo eso, resaltaba: ’Hoy serán premiados los que sirven a la patria. Sobre los pechos fuertes brillaran las preciadas condecoraciones.’ Iban a reconocer la labor de los carniceros que llevaban un año cometiendo tropelías para que el chacal y sus secuaces pudieran continuar con la usurpación. Veamos que sucedió.
En la edición del día 20, al relatar los eventos del día anterior, en la plana primera, ’El ..dependiente’ destacaba a cinco columnas: ’En la bandera del 29 Batallón [de Infantería] prendió el general Huerta la Cruz del Merito Militar.’ Antes de continuar, debemos mencionar que dicho grupo era el que Blanquet se trajo de Toluca y apoyado en sus integrantes realizó el secuestro mencionado al inicio del párrafo segundo. Retornando a la reseña de la ’premiación,’ cabe anotar que al centro de la página aparecían fotos de los matarifes mayores, Victoriano y el secretario de guerra, el moreliano Aureliano, a quien la publicación identificaba como Aurelio. Las tres últimas letras de su nombre eran exclusivas de su jefe, y ni en eso debían hacerle competencia. A la izquierda de las imágenes el enunciado era: ’Cuando el himno patrio rasgó los aires corrió por todo el campo una ola de entusiasmo y las voces de los cañones anunciaron el magno suceso.’ Pero el escurrimiento de miel apenas empezaba, en el flanco derecho se leía: ’La patria ha otorgado recompensas a los que defienden el honor nacional en los yermos campos del norte y en las ardorosas montanas del sur.’ Si usted, lector amable cree que ahí paraba el derroche de melcocha, permítanos reproducir algunos párrafos de la reseña del evento realizada por el periodista oaxaqueño, Fernando Ramírez De Aguilar, también conocido como Jacobo Dalevuelta.
Al revisar la nota, lo primero que nos surge preguntar es: ¿Ramírez de Aguilar estaba realmente convencido de lo que escribía o sus palabras eran resultado de cierto unto? Iniciaba por apuntar que ’al franquear la reja que divide la Avenida cubierta de arboles escuetos, para internarse por las polvosas calzadas que conducen a las tribunas del Hipódromo [de la Condesa], pareció al reporter escuchar aquellas dulce palabras pronunciadas en no lejano tiempo por diez mil corazones infantiles.’ Definitivamente aquello era resultado de un unto que vaya usted a saber que contenía, pues hasta donde se sabe el corazón, sea de chicos o grandes, no emite vocablos. Pero retornemos a la pieza en donde se leía: ’Pasó ante la pantalla del recuerdo aquel cuadro hondamente conmovedor en que, nuestros hermanos pequeños, ocuparon aquel amplio campo, que va siendo ya el elegido para las grandes solemnidades de la patria, y doblando la rodilla en el suelo, bañados por el sol que vivifica, y levantando sus dulces voces hasta el cielo, repitieron, pausadamente, con firmeza, con todo el corazón, [otra vez la víscera cardiaca hablando] aquellas palabras que aun resuenan en los oídos…!Bandera de mi patria…bandera de México…!’ Los efectos del unto continuaban y Ramírez De Aguilar era presa del paroxismo mientras apuntaba: ’Y el viento de febrero mecía muellemente aquel paño tricolor, por el que moriremos, si fuera necesario y al extenderse o replegarse, se antojaba algo así como la buena madre levantando los brazos temblorosos para prodigar sus bendiciones a los hijos que en torno de ella la adoraban…’ O el redactor oaxaqueño era corto de visión o los efectos del unto lo cegaron al grado de invocar figuras maternas sin considerar que, en ese renglón, Victoriano y Aureliano operaban con un déficit significativo. Todo lo anterior era apenas el principio.
Como muestra que eso de los acarreos es práctica añeja que no respeta edades, la nota aludía como ’las escuelas formando largas filas que dejaban amplios cuadros despejados en el terreno, tras de ellos, miles, muchos miles de personas apretadas moviéndose pesadamente, asemejando una marejada.’ Si eso fue real, sería una muestra más de como los habitantes de la capital del país siempre le atinan al triunfador. A lo largo de la historia, hasta ese momento, habían vitoreado al criollo quien se sintió noble; once veces al gallero de Manga de Clavo; al barbirrubio austriaco; al Estadista Juárez García; al héroe del 2 de abril investido de presidente; al mandatario futuro Madero González y, en 1914, rendían pleitesía al chacal y ni modo que nos acusen de ser unos provincianitos que no queremos a los capitalinos, eso de aplaudir al triunfador en turno, se les ha dado generación tras generación, ¿o no? Pero volvamos a 1914 cuando ’Marcial, serio, montado en hermoso caballo y tras él su sequito brillante y altivo, el general [Javier] De Moure, jefe de la división, que por batallones se extendía ahí cerca, Militares portando esos brillantes uniformes hechos para las grandes solemnidades; elegantes mujeres llevando en brazos a sus pequeños a enseñarles como se premia el amor por la bandera a darles -muchas de ellas- las primeras enseñanzas del culto a la dorada patria.’ Vaya sarta de sandeces, pero si usted estima que Ramírez De Aguilar había llegado al tope del rastrerismo, se ha equivocado, lea lo que escribió a continuación.
’Marcaban los relojes las nueve cuarenta y cinco de la mañana cuando se avistó por la Avenida Jalisco la hilera de carruajes que conducían hacia el Hipódromo al señor presidente de la república [así denominaba el untado al chacal] y miembros de su gabinete… Fue aquel un momento emocionante. Los clarines de ordenes se hicieron oír entre aquel vocerío grandioso, mandando las señales hasta el último sitio en donde hubiera tropas.’ Acto seguido, se lanzaron los veintiún cañonazos de costumbre para anunciar que el usurpador ya estaba ahí, y según la crónica, los aplausos surgieron atronadores. El felón ’iba acompañado por sus ministros vistiendo el brillante uniforme de divisionario. En su pecho se destacaban las precisadas condecoraciones que, como premio a sus servicios, le ha concedido la república.’ Entre esas, decimos nosotros, seguramente estaba la de traidor en grado de comendador. Lo que sigue es un vomitivo, pero hay que apuntarlo para ver lo que un buen unto generaba.
Ramírez De Aguilar escribió: ’…vimos premiar al personal de un batallón que ha sabido cumplir la seria promesa de salvar a su bandera. El señor presidente tomó en sus manos la corbata roja -rica tela en forma de moño en cuyo centro pendía la cruz de tercera clase del Mérito Militar-…’ Nunca más adecuado ese color para un premio a otorgarse a los cómplices de un crimen. Eso no importaba a los ojos del redactor oaxaqueño quien señalaba que Huerta ’visiblemente emocionado…sintiendo tal vez mas que nunca correr en sus venas la noble sangre de militar, [¿Desde cuándo un matasiete posee algo de señorial?] pasó su mirada por ante aquel grupo de soldados que esperaban recibir aquella tan honrosa recompensa a sus esfuerzos y con voz potente, lenta y pausada, se dirigió a ellos diciéndoles así: Soldados del 29 regimiento de infantería; En nombre de la republica y con motivo de la heroica conducta que ha observado este regimiento, el gobierno[¿?] va a condecorar todo lo que simboliza nuestro amor a la patria, a nuestra dignidad y que tenéis allí presente. En nombre de la república, pongo y deposito esta condecoración en nuestra bandera.’ Tras de la parafernalia respectiva, siguió el reconocimiento de Victoriano impuso a Aureliano ’La Cruz de Primera Clase por constancia en el servicio.’ En esa forma, el felón reconocía los servicios de su esbirro al frente de una partida de traidores a quienes, acto seguido, les colocaría las condecoraciones respectivas. Cumplían un año de haber cometido la fechoría y era necesario reconocer a los cómplices. Una vez reseñado el desfile militar, Ramírez de Aguilar terminaba la pieza: ’Entre aplausos, toques de clarín, disparos de cañones, alegría y sobre todo colmando el ambiente un sentimiento patrio muy sagrado, concluyó aquel desfile militar, que el reportero ha tratado de pasar al papel, y que vivirá en su recuerdo tan vivo, como aquella jura de la bandera que hicieron no hace mucho los hombres del mañana.’ Y ni quien se acordará de que exactamente el 19 de febrero del año anterior, esos hoy tan elogiados respaldaban la asonada y la firma de una renuncia lograda a punta de pistola. Antes de que alguien por ahí vaya a acusarnos de maltratar a una de las glorias del periodismo mexicano, Ramírez De Aguilar, les mencionamos que contamos con la evidencia de lo que plasmó en el diario, ya saben que este escribidor tiene la costumbre mala de soportar lo que comenta en base a datos duros. Precisado esto, retornemos a 1914.
A la par de la reseña de la ceremonia ignominiosa relatada, se daban otras notas en las cuales se indicaba: ’No habrá cambios en el personal de la secretaria de relaciones. El nuevo ministro no removerá a los que sirven fielmente a la patria.’ O sea que los aplaudidores del usurpador no tenían por qué preocuparse. Asimismo, para calmar a otros nerviosos, se informaba que ’Villa no avanza con sus hordas hacia el sur de Chihuahua.’ Y si alguna duda había sobre la confianza que otros tenían en los usurpadores, se daba a conocer que ’El ministro De La Lama llegó a la ciudad de Nueva York. Contrató en Europa un empréstito por valor de ochenta millones de francos.’ Por si alguien creía que no lo atenderían bien cuando cayera en las garras de los esbirros, se aseguraba que ’El servicio médico en las demarcaciones de policía se reorganizara por completo a fin de que no haya deficiencias.’ Pero aun quedaban eventos por realizar en aquel aniversario del cuartelazo.
Los acontecimientos del 20 de febrero eran reportados en la edición del día 21. Las notas principales eran dos. La primera, del lado izquierdo a cuatro columnas, se daba cuenta de que ’El ministro de industria y trabajo [Querido Moheno] y el de agricultura [Eduardo Tamariz], tomaron posesión de los cargos que se les confirieron.’ En el subtítulo aparecía que ’los nuevos secretarios de estado pondrán al servicio de la patria todas sus actividades y reorganizaran los importantes ministerios que se han confiado a su pericia.’ La segunda noticia indicaba que ’Carranza, abandonando a sus secuaces, se ha internado en los Estados Unidos.’ Abajo, se leía que ’la desmoralización se ha entronizado en el campo de los rebeldes.’ Asimismo, era indicado como ’fue aprehendido un agente rebelde [Manuel S. Meave]. Reclutaba incautos para las filas carrancistas.’ Para quienes dudaban de que existía riqueza en el país, se les informaba que había una ‘enorme existencia en oro en los bancos de la capital. Mas de treinta y siete millones en solo dos instituciones de crédito.’ Como ejemplo de que la ley era pareja, anunciaban el ’encarcelamiento del banquero José Bustamante. El exgerente del Banco de Guanajuato está en la 6ª demarcación,’ Para mostrar la maldad de los rebeldes, se hacia saber como ’Francisco Villa asesinó a sangre fría a un súbdito inglés.’ Como muestra del combate incesante a los alzados, era dado a conocer que ’varias madrigueras zapatistas fueron arrasadas por completo. De ese modo se castigó una de las muchas tropelías que cometen esos bandidos.’ Asimismo, daban cuenta de un acto magnánimo de los usurpadores: ’Quince exdiputados salieron ayer de la penitenciaria del Distrito. No esperaban la grata nueva y recibieron agradable sorpresa cuando se les comunicó.’ Y como eran agradecidos, al final de la nota se leía: ’Hoy en la mañana irán probablemente los exdiputados de referencia a demostrar su gratitud a las autoridades.’ La pregunta es: ¿Qué motivo los volvía agradecidos, por lo bien que los trataron durante la detención o por haberlos soltado? Para los que se habían quedado con el pendiente sobre ’El niño ambulante de Tlaxcala,’ se les informaba que esa efigie propiedad de ’la virtuosa señorita Concepción Anzures, ... camina en todas direcciones y sin que esto obedezca a fuerza mayor.’ Ante eso, ya se dio ’aviso a la Sagrada Mitra, residente en la ciudad de Puebla, para que disponga se haga un estudio de esto, que parece una verdadera maravilla.’ Mientras eso se concretaba, ’de todos los pueblos circunvecinos llegan verdaderas peregrinaciones para rendir culto al Niño Milagroso y para el sábado venidero se organiza una suntuosa fiesta religiosa.’ En vía de mientras, ’el señor cura, don Jacinto Espinosa Morón, determinó tuviera efecto un triduo en honor del Niño Dios Milagroso…’ Todo iba bien hasta que se apareció un subteniente del 39 batallón, Carlos Arroniz, quien la emprendió en contra del religioso y armó un sainete. Esas eran minucias, el festejo estaba en otro lado y ya se anunciaba el evento del día siguiente en donde se daría ’la presentación del honorable cuerpo diplomático. Hoy a las doce será recibido por el nuevo ministro de relaciones.’
La publicación del día 22 reportaba que el día anterior, ’los presentantes de las naciones extranjeras fueron presentados al ministro de relaciones. Los estimables diplomáticos tuvieron frases de cordialidad y afecto para la república.’ Para los usurpadores aquello era música celestial en sus oídos, sentían que el mundo los reconocía a pesar de las tropelías. Y con eso en la buchaca estaban decididos a castigar al que asesinó a un ciudadano inglés. Anunciaban con júbilo que ’en El Paso se organizan partidas para perseguir al bandolero Villa. Parece que Villa está temeroso del castigo.’ ’Inglaterra está indigna contra Villa.’ Y como este, al parecer, no estaba dispuesto a esperar que lo castigaran los texanos, pues acorde con ’El ..dependiente,’ ’Francisco Villa con sus chusmas se dirige con rumbo a Torreón.’ Pero como los rebeldes brotaban por todos lados, no quedaba sino reportar que ’en las inmediaciones de Mazatlán se registró un fuerte combate.’ A la vez, se mencionaba que ’serán aprehendidos varios sospechosos de tener connivencia con los carrancistas.’
Que mejor para comentar los eventos del 22 de febrero, un año después del crimen, que, en la portada del ejemplar del día 23, se leyeran este par de notas. Del lado izquierdo: ’Los regimientos de caballería estarán armados con terribles ametralladoras. Esto aumenta el campo de acción de las fuerzas montadas.’ A la par, del lado derecho, el encabezado era: ’La revolución en Chihuahua no tiene la importancia que se le ha dado.’ Eso era un marco adecuado al aniversario de la consumación de la felonía ya que la nota versaba sobre las declaraciones emitidas por quien en su código genético llevaba impresa la traición, Pascual Orozco Vázquez. Recordemos que este fulano, amafiado con Emiliano Zapata, traicionó al presidente Madero González cuando en el Plan de Ayala, el original no el que se vende para consumo, era proclamado como presidente de la república y en caso de que el no estuviera disponible, pues entonces Zapata se erigiría como tal. Pero, en 1914, andaba de esbirro del huertismo y el diario patrocinado por este le daba foro. Presentándose como héroe, Orozco clamaba que Villa puso precio a su cabeza para lo cual había enviado a Raúl y Alberto Madero como jefes de una especie de policía a buscarlo, decía que ofrecían cinco mil dólares a quien dijera en donde se ocultaba. A partir de ahí contaba cómo nada de eso fructificó, pudo moverse a lo largo del Rio Bravo hasta ir a parar por los rumbos de Las Vacas y Ciudad Porfirio Díaz para, después de atravesar lo mas alto de las serranías, y acabar en Saltillo. Asimismo, aseguraba que ’la revolución en Chihuahua no asume ni con mucho las proporciones que le han querido dar. Francisco Villa y sus acompañantes no son más que simples bandidos…haciendo una campaña contra ellos, tengo la seguridad de que serán dominados muy pronto…’ Cerraba mencionando que ya le urgía regresar al campo de batalla, pero que obedecería las ordenes que le dieran. Por lo pronto, visitaría a sus pares de felonía, Aureliano y después a Victoriano. La otra nota importante en la plana principal indicaba ’2,000 mexicanos [ocupados en la construcción de ferrocarriles] en situación difícil. Se encuentran en Kansas sin recursos para la vida.’ Al enterarse de esto el director del departamento de trabajo, Alberto Esteva, lo comunicó al secretario Querido Moheno quien a su vez pidió al ministerio de relaciones que a través del cónsul en aquella ciudad averiguara la veracidad de la noticia, ’para procurar la repatriación de esos conciudadanos nuestros, buscándoles previamente acomodo en las fincas de campo que tanta necesidad tienen de brazos.’ De pronto nos pareció estar reproduciendo textos de otros tiempos, pero no, las notas reportaban lo que pasaba justo un año después de que Aureliano con la guía de Victoriano ordenara el asesinato del vicepresidente José María Pino Suarez y el presidente Francisco Ygnacio Madero González, a quienes nadie mencionó en 1914.
Esta fue una reseña breve sobre los eventos, que iniciaron el 18 de febrero, con los cuales los usurpadores celebraban un año de haber cometido la fechoría. Por esas coincidencias del destino, la noche del 22 de febrero de 1914, en el Teatro Lírico se efectuó el estreno de la película Satanás. El drama de la humanidad. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (21.7.22) Eso de decir que, también, en los EUA hay apagones es todo un alivio. Con eso ya pueden vivir tranquilos los afectados. Total, hay velas y baterías para no permanecer a oscuras, sin olvidar los leños para la calefacción y cocinar. Lo de la carencia de agua y otras cosas, esos son lujos. Aun cuando estamos en el Siglo XXI, algunos ven los numerales romanos en otro orden, XIX.
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Añadido (21.7.25) Para quienes dudaban que la economía mexicana crecerá al cinco por ciento en 2021, durante el mes de enero se contrajo en 4.4 por ciento.


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