La Hoguera
Emmanuel Ameth
La mañana de hoy, en el boulevard Santa Catarina, manifestantes que cerraron la vialidad al Sur de Pachuca fueron desalojados por elementos antimotines de las policías municipal y estatal, compartiendo su indignación en redes sociales ante los hechos.
Y si bien nunca se estará a favor de la represión ni del uso excesivo de la fuerza, especialmente donde debe imperar el diálogo y el entendimiento, las causas de la manifestación son un motivo de vergüenza nacional.
Porque el centenar de manifestantes que bloqueó la avenida lo hizo para oponerse a la instalación de un albergue para migrantes.
Es así que, mientras en otras regiones de la entidad como en Tula, las personas brindan comida, agua y cobijas a los migrantes, en Pachuca se oponen a que reciban un trato humanitario en su paso.
Según se puede leer en diversas versiones periodísticas, los manifestantes, que no representan ni el 0.5% de los habitantes de las supuestas colonias afectadas, tienen arraigadas todo tipo de ideologías y creencias supremacistas que además de ser xenófobas, son racistas y clasistas.
Porque así, sin estudios en mano y sin formación que les permita argumentar su punto de vista, completamente a la ligera, aseguran que los migrantes traerán delincuencia a la zona en la que viven, que les quitarán los empleos, además de dar una mala imagen.
Son pobres de intelecto y miserables en humanidad.
Porque este tipo de personas, vergüenza de Pachuca, no se oponen a recibir remesas a la vez que piden un trato humanitario para sus connacionales.
No es que no les guste la inmigración, pero en su racismo, se oponen a la llegada de centroamericanos porque no tienen los mismos rasgos que rumanos o eslavos: Padecen del síndrome del conquistado.
Hay tantos delincuentes extranjeros como mexicanos, pues es una mera cuestión de dispersión estadística. Afortunadamente, los xenófobos, los ignorantes, también son una minoría.